Se abren mil espacios,
y un millón de palabras
para nombrar lo que no hay
(para nombrarte).
Y en el centro de la anda
se erige la respuesta
a una pregunta que no tengo.
Y si busco, y si revuelvo,
y doy una y cien vueltas
es porque me olvidé
de algo que no sé si pasó.
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