jueves, 19 de julio de 2012


Y es tal la diferencia
que hay siempre entre la noche y la mañana,
que saber
que sos el mismo todo el tiempo,
en todos lados
(paradójicamente)
sin dejar de ir cambiando,
hace saltar unos cuantos ejes.
Debe ser que para vos
tampoco hay diferencia entre cantar y decir,
entre tocar y sentir,
entre los amaneceres y los crepúsculos.
Nada es todo blanco o todo negro,
pero vos rompés todos los grises,
diluís el tiempo.
Y es tan mágico
que tus lágrimas encajen en un pentagrama,
que tus sábanas
nunca caigan de tu cama,
que el viento
no te vuele un pelo,
que a veces siento
que mi papel y mi tinta
no sirven de nada.

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