sábado, 18 de agosto de 2012


Vuelvo a subirme
a este carrusel de caos,
a este caballito de delirios.
Vuelvo a regalarle
sonrisas a mis errores,
a abrazar mis desatinos.
Voy regando la idea, de a poco,
de que nada florece mejor
que la más terrible de las verdades.
Planear sin pensar,
mentir en pos de la honestidad,
rodar colina arriba en el espiral.

Y si de quemar veranos
y fumar primaveras
se puede desmenuzar el presente,
entonces, me tocará
ser el picador de momentos,
rehacer el tiempo con paciencia,
armar el futuro envolviéndolo
en el papel de tu piel.
El fuego será la risa,
la falta de filtro de mis labios,
y una charla que se hace cenizas.

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